Conflictos en clase y alumnos-ayuda. Y Rober, claro.


Mucha gente, Muchos problemas.
Mucha gente junta, muchos problemas juntos.
Mucha gente junta adolescente, muchos problemas juntos y adolescentes.


En las clases surgen siempre desacuerdos y a veces problemas serios de violencia explícita y agresiones graves. ¿Qué hacemos nosotros?

Pues no lo sé...

...pero el año pasado conocí a un Alumno-Ayuda. Se llama Rober.



Rober tenía 11 años. Me contó que él, junto con otros alumnos y alumnas de su colegio eran ALUMNOS AYUDA. Y me quedé sorprendida, porque no sabía qué era eso y le pedí que me contase más.

ROBER: "Pues si hay un problema o lo que sea, pues tu tienes que ir a hablar con el chico o los chicos a ver qué ha pasado y tienes que escucharles y poner una solución para que los dos estén contentos y bueno, pues entre nosotros trabajamos por solucionar los problemas y también tenemos un banco en el patio que si algún niño necesita algo, pues se sienta ahí y tú, como alumno-ayuda vas a hablar con él y ves que le pasa. Y también, como estamos dentro de la clase pues si hay algún problema o alguien lo tratan mal o así, pues tú lo ves antes que el profesor."



VIC: "¿Y en tu clase hay alguien a quién se le trate mal?"

R: "No, no, todos nos llevamos bien, y bueno, cada uno tiene mas sus amigos pero si vemos que a alguien le insultan o lo que sea, enseguida nosotros nos metemos, pero no, eso no pasa casi nunca."

V: ¿Y tú decides ser alumno-ayuda o te toca serlo?

R: No, es voluntario, en todas las clases hay, por lo menos, uno. A mi me gusta que todo el mundo esté bien, no se...

V: ¿Y tú crees que es una medida que funciona, que debería aplicarse en más colegios?"

R: Yo creo que sí funciona, que en nuestro colegio, por lo menos, si funciona. O sea, si tu ves a un niño en el recreo que está solo, pues vas con él, yo y los demás alumnos-ayuda y pues le preguntas que tal está y pues te quedas con él o lo que sea, o intentas que se meta en el grupo de la clase, no sé..."

A mi me llegaba la mandíbula al suelo ya del asombro y de la admiración que me estaba causando ese niño. A raíz de este descubrimiento, investigué un poco sobre los alumnos-ayuda.


El programa de alumnos-ayuda  trata de desarrollar en todos los participantes la capacidad de ayudar y ser ayudado como una dimensión fundamental de la convivencia.

Este programa se apoya en la convicción de que los alumnos constituyen un potencial fundamental para conocer la realidad de los problemas de la convivencia escolar y trata de ayudar a mejorar la convivencia mediante la implicación de los compañeros del centro que habitualmente adoptan un papel de no injerencia o de respaldo pasivo de los conflictos. Además, la ayuda entre iguales despierta la motivación de los alumnos participantes en el programa por el desarrollo de su propia competencia personal y social.


En un centro pueden surgir miles de problemas y cada uno requerirá una solución. Gracias a Rober descubrí este programa de alumnos-ayuda y me pareció una muy buen iniciativa tanto porque hace que los propio chavales y chavalas jóvenes participen activamente de la buena convivencia, lo cual, irremediablemente repercutirá de manera positiva en sus vidas futuras y porque ellos, dentro de sus propios códigos y siendo parte de su "grupo social" saben qué técnica o qué recursos utilizar para que éstos sean efectivos, pues su "lenguaje" es el mismo.
Los alumnos ayuda deben ser responsables y gozar de la confianza y el respeto de sus compañeros, pues mediar no siempre es tarea fácil, además de tener una alta empatía y un altruismo enorme de corazón.

¡Muchas gracias, Rober!

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