Estáis todos invitados a participar
La participación debería ser la acción que definiese a un ciudadano. En la Antigua Grecia, también conocida como "Cuna de la Civilización occidental" y "Lugar de nacimiento de la democracia" la participación activa en los quehaceres de la polis era cualidad sinequanon para que un ciudadano fuese considerado como tal.
¿Que estaba fundamentado en que eran muy pocas personas por ciudad? ¿que podían participar porque gestionar una cuidad-estado no es TAN complejo como gestionar un país? ¿que podían dedicarse a la actividad democrática porque sustentaban su sistema sobre el esclavismo de personas a quienes comparaban con animales a nivel legislativo y éstas cubrían todas sus necesidades mientras hoy en día nosotros somos "nuestros propios esclavos"? Bueeeeeeno...
No nos desviemos del tema: los sistemas democráticos se caracterizan por la participación activa de los ciudadanos.
Es deber del sistema de educación crear personas participativas y críticas para que un sistema democrático no se convierta perversamente en un sistema demagógico.
Vista la importancia de la participación como eje vertebrador de los sistemas garantes de la libertad social, ¿cómo podemos crear alumnos (ergo, ciudadanos) participativos desde las aulas?
Dentro de un aula y en la etapa madurativa en la que se encuentran los alumnos también es importante enseñarles a ser parte activa de algo puesto que esto contribuye a su auto-afirmación, incrementa su implicación y su motivación y fomenta su capacidad de gestión y colaboración. Desde pedir su opinión a un respecto hasta cuestionar sus respuestas a fin de que desarrollen un sentido crítico propio basado en aspectos objetivos y no en sentimentalismos o supersticiones son buenos comienzos.
Cabe destacar que se ha de dar valor a las sugerencias y aportaciones de cada alumno no cayendo nunca en la desacreditación, puesto que, por muy en desacuerdo que se esté con una idea, se debe recurrir al razonamiento y quizá a métodos de reducción al absurdo, etc, etc y nunca al ataque ad hominem o ataque personal. La participación debe ser inclusiva dejando espacio ara todo tipo de pareceres excepto para uno: para el intolerante.
En 1945 Karl Popper, filósofo austriaco, declaró que dentro de una sociedad ilimitadamente intolerante vería mermada su capacidad de tolerar por los intolerantes, quienes poco a poco la destruirían. La Paradoja de la Tolerancia afirma, pues, que para mantener una sociedad tolerante, se debe ser intolerante con la intolerancia.
Crear un clima de confianza donde los alumnos se entremezclaran, se conocieran y se expresaran sabiendo que sus opiniones son tenidas en cuenta podría ser un muy buen comienzo para crear una clase participativa y, posteriormente, una sociedad participativa.
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